Comenzar a trabajar en un nuevo empleo siempre nos genera un estado de nervios ante la presión de crear una buena impresión en los primeros días. Empezar en una empresa en la que no sabemos cómo funcionan internamente o cuáles son exactamente las tareas a desarrollar hace que en los primeros meses de adaptación se tenga un alto nivel de motivación. Una vez que ya tenemos controlado el espacio laboral y nos encontramos en nuestra zona de confort de nuevo, es muy probable que, sin querer, nuestra motivación se reduzca y la monotonía haga que baje la productividad. Además de la monotonía, hay diversas causas que pueden afectar a la reducción del rendimiento de los trabajadores.
Permitir que las jornadas laborales sean muy amplias es una fuente muy común de desmotivación en los empleados que afecta directamente al factor del que hablamos. Otros motivos son la implantación de objetivos demasiado inalcanzables, la falta de comunicación interna en la empresa, la escasez de formación para desarrollar las tareas o la ausencia del reconocimiento del trabajo y las metas conseguidas.
En el momento en el que un trabajador siente desmotivación y disminuye la productividad, la compañía en cuestión tiene un gran problema. Por ello, saber cómo motivar a los empleados y hacer que mejoren su productividad es un elemento clave, tanto para la empresa, como para la satisfacción de la plantilla.
Son muchas las medidas que pueden tomarse para mejorar este aspecto, aquí dejamos los mejores consejos:
Además de todos estos consejos, también hay que tener claro que, trabajar más horas no es sinónimo de ser más productivos, sino que agota más y el resultado es totalmente contrario. Seguro que siguiendo todas estas pautas, cualquier empleado trabaja motivado y llega a la máxima productividad.