Son muchos los motivos que llevan a querer montar una empresa. En ocasiones tienen que ver con la falta de trabajo y la necesidad de buscarse la vida a través de otras vías alternativas. Otras veces, querer poner en práctica ideas novedosas pueden llevar a emprender, sobre todo en el caso de gente joven. Algunas personas más mayores, necesitan adentrarse en proyectos emocionantes para sentir que su vida laboral cambia y es más activa. Además, crear una nueva empresa da lugar a la generación de puestos de trabajo. Desde este punto de vista, fundar una compañía parece que trae solo ventajas, pero no es un proceso fácil. Para poder disfrutar de una empresa exitosa, primero hay que tener experiencia y estar concienciados de la complejidad del proceso.
A veces, una vez que se ha creado la empresa, nos olvidamos de la importancia que tiene centrar los esfuerzos en su progreso y crecimiento. Para ello, hay que conocer los principales retos a los que hay que enfrentarse:
- Inversión: Si lo que se busca es crecer, hay que tener claro que es necesario invertir más dinero. No es posible experimentar un gran crecimiento con la misma cantidad de personal, maquinaria, tecnología… No solo es difícil adentrarse en mercados nuevos y pretender conseguir gran cantidad de clientes sin invertir, sino poder gestionar un mayor volumen con la misma cantidad de empleados. Por tanto, hay que mentalizarse en que el crecimiento lleva de la mano invertir monetariamente.
- Planificación: Es completamente necesario saber que hay que destinar un poco de tiempo a desarrollar un plan adecuadamente estructurado y definido para conseguir alcanzar los objetivos. Son muchos los ejemplos de compañías que no planifican y trabajan día a día sin un rumbo fijo. Por mucho que se crea que se saben las metas y no hace falta plasmarlas en ningún plan para poder conseguirlas, es totalmente imprescindible hacerlo para conseguir resultados positivos.
- Contratación de talento: Dentro de las inversiones que hay que hacer, una de las más importantes es la de reclutar al personal. Es difícil encontrar el talento y además, supone un gran desembolso. Aún así, si nos encargamos de incorporar a la empresa a las personas adecuadas, los objetivos de crecimiento y éxito estarán más cerca de cumplirse.
- Atraer y retener clientes: Es importante conocer las nuevas formas o estrategias de atraer a los clientes, ya que las técnicas antiguas como puerta fría, visitas o entrega de tarjetas de presentación ya no son tan efectivas. Una vez invertida la parte correspondiente del presupuesto destinada a la captación de clientes, hay que centrarse en retenerlos. Por tanto, centrar los esfuerzos en hacer que los clientes repitan las compras, desembocará en un aumento de rentabilidad y crecimiento.
Estos son solo algunos de los retos a los que se enfrentan las empresas si quieren crecer continuamente y llegar a lo más alto. La clave está en estudiar al detalle todos los objetivos y en cómo conseguirlos, en conocer la complejidad del proceso de crecimiento y en poner empeño día a día por lograr lo que nos proponemos.